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Domador de Almas :: Fanfic the GazettE -Yaoi- ::

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Sweet-Mitsu's avatar
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- No me gustas, tienes un hedor horrible y... eres pobre - dijo mientras fingía la odiosa voz de niña mimada que tanto le disgustaba y miraba con notorio asco al pretendiente número sesenta y siete que era traído por "su padre". Realmente odiaba mostrarse como alguien que no era, pero ese era su trabajo, su deber.

- ¡Pe-pero señorita Lu-!

- Llevároslo - ordenó, suplicó mejor dicho, a los guardias que le acompañaban a cada lado.

Se sentía algo mareado, debía ser producto del notorio cinismo con el que lo trataban, sin saber que "aquella dama" a la que pretendían no era más que un chico siendo usado como medio para expresar la molestia de su alteza, escondida de entre todos los fervientes señores que llegaban hasta ese lugar a pedir su mano en sagrado matrimonio. Se sentó algo más relajado sobre su "trono", escuchando los gritos de aquél hombre quien se negaba a salir del palacio sin alguna explicación. Suspiró molesto. No era la primera vez que debía sacar a reprimiendas a gente de el palacio que ni siquiera era de su propiedad, ni cerca; tampoco la primera que oía el quejar de las personas que salían de ahí indignadas por el frío trato que les daba la princesa a la que debían adorar. Y claro, sabía que no era la primera ni la última de tantas que se venían.

Poco a poco se amurró más en el cómodo asiento que debía ocupar por el momento, empezando a recordar cómo es que llegó a tal situación. No fue una obligación, bueno, en parte sí, pero también lo hizo para devolver un favor. Ese fue un día hermoso de verano, un día como cualquier otro, relajado, tranquilo, exceptuando el hecho de que casi fue asesinado por mercenarios que le perseguían. Causa desconocida; hasta ese día aún no sabía el porqué lo correteaban y tampoco tenían interés alguno en saberlo, no si quería olvidar ese hecho. Volviendo a que era seguido por 3 asesinos que le miraban con cara de "si-me-miras-directo-a-los-ojos-eres-hombre-muerto" este escapaba de sus garras, llegando hasta el mercado de la gran ciudad. Se escondió rápidamente de ellos, y cuando quiso voltearse se encontró con una bella joven que, fuera de su sorpresa, era idéntica a él, o él era idéntica a ella, le incomodaba la GRAN similitud que podía encontrarse entre ellos. Se vieron por unos instantes a los ojos, ambos asustados y asombrados a la vez, cuando de pronto lograron oír los gritos de quienes perseguían al chico que trataba de ver donde podría esconderse; ahí fue cuando ella lo colocó tras suyo y observó con temor como esos grandes y robustos hombres miraban a la joven algo confundidos, siguiendo el camino de largo.

Volvió a suspirar, esta vez calmado y hasta un tanto adormilado, estaba atardeciendo. Luego de ese extraño incidente, en muestra de su respeto y agradecimiento, se ofreció a serle de cualquier utilidad a su alteza, claro, luego de saber que lo era, y esta aprovechó su parecido físico para que tomara su lugar y rechazará a todo el que se le colocara por delante y quisiera hacerla su esposa.

- Gracias.

Esa es la escueta palabra que siempre le dice la chica al pobre que debe hacerse pasar por ella cada día al terminar su jornada. Pero, ¿qué más puede hacer? Antes de lo ocurrido él tenía que sobrevivir gracias a su hermano mayor con lo poco que lograba ganar, y sabía que eso no duraría siempre. Y ahora, aunque sea un tanto "denigrante" y dejara su orgullo por los suelos (usar vestido era un suplicio...), la hija mimada del Rey le paga una suma de dinero bastante alta, más de lo que ganaría el mejor comerciante de toda la región en seis meses, por lo que guarda tal cantidad de oro con cierto recelo y sólo se hace uso de lo que necesitan él y su hermano para vivir lo más cómodo y sencillos posible.

Salía a paso tranquilo del que debía ser su hogar temporal en su horario laboral, como lo hacía llamar, paseando la vista por la calle, observando el ocaso que lentamente comenzaba a descender. La brisa corría sin contratiempos, arrasando algunas hojas de los árboles, pero era obvio. La época otoñal estaba dando término, acercándose el frío invierno donde las calles empezaban a atestarse de personas preocupadas de como decorar las calles, sus propios hogares, la plaza y además... los regalos. Por más que él gustara de tanta festividad en estas fechas, así como el cumpleaños de su hermano y la Navidad, gracias a esta justa razón un ardor lo sofocaba: tener que soportar por horas como las masas se amontonan para comprar un simple peluche para los niños le dejaba los nervios en alto y sus ganas de pasar en paz la Nochebuena se esfumaban poco a poco.

- ¡Espera, Kai espera! - Tan pronto escuchó la grave voz que le llamaba sintió un peso sobre su espalda, haciéndole perder el equilibrio, y por poco caer.

- Tonto, casi nos caemos - decía entre risas mientras se paraba firme y le miraba sonriente - Como siempre tan activo, ¿no, Akira?

- El tiempo no me hará un viejo deprimido, no señor - reía travieso, dándole un fuerte abrazo a su mejor amigo quien correspondía con la misma fuerza que se le otorgaba.

- ¡Eres un mentiroso! Dijiste que volvías la semana antes de Navidad, y mira, te veo aquí casi dos semanas antes del cumpleaños de mi hermano - se separó algunos centímetros de él, mirándole con el ceño fruncido y un leve puchero, lo que hizo que Akira dejara escapar una risilla traviesa - Hey, no te rías...

- Lo siento, es que tampoco estaba en mis planes volver tan pronto - suspiró algo pesado y miró hacia el frente, retomando el paso.

- ¿Sucedió algo inesperado, no Aki? - el ritmo de su caminar era pausado, lento, no había prisa alguna. Tomó su lugar a un lado del rubio, quien admiraba el pasar de las aves sobre el río que atravesaba a su costado.

- Pues... algo así. Mi empleador está algo enfermo, ¿sabes? Hay una especie de peste rondando por ese pueblo y él se contagió, por lo que me dio este tiempo como una especie de 'vacaciones' para venir a visitar a quien quisiera, y aquí estoy. - Mostró un amago de sonrisa y prosiguió, - estaba feliz de lo fiel y buen trabajador que le he sido, por lo mismo no deseaba que me enfermase y terminara como él, por lo que me envió a donde gustase.

- Se me hacía extraño verte por aquí y a estas fechas - le miró sonriente, cosa que provocó que pequeños hoyuelos se le formaran en sus mejillas - pero será buena compañía para mi hermano y yo, claro, si te quedas con nosotros.

- ¡Por supuesto! Es mi segundo hogar, no podría irme a otro lado aunque quisiese, no sería lo mismo. - Sí, si no lo pasaba en su casa, junto a su madre ya fallecida, convivía junto a los dos hermanos castaños, que prácticamente eran como si fueran los propios.

Se criaron de pequeños, vivían en casas vecinas y se veían cada tarde para jugar; Yutaka Uke, quien ahora es llamado Kai por todos sus amigos y conocidos, es el castaño menor de los tres, por lo que era cuidado con recelo por su hermano mayor Shinji, a quien le decían Tora de cariño, pelinegro y de intensa mirada, y su mejor amigo Suzuki Akira, apodado Reita, castaño claro y el mayor del trío. Crecieron juntos, se vieron desarrollar día a día, y todo hasta la hora en que Akira tuvo que partir a buscar un trabajo estable para mantenerse a sí mismo, debido a la repentina muerte de su madre a los quince años. Pasaron cinco años, cuando este tuvo que partir a hacer su propia vida a otra ciudad para poder "comenzar de nuevo" como así muchos deseaban, viviendo tantas dificultades como no pensó jamás. Y hemos aquí, luego de 3 años de su partida, con la misma apariencia de persona seria y dedicada, lo que casi no era, siendo acompañado por su amigo de toda la vida.

Daban un corto paseo pero a la vez algo apresurado, quizás por la emoción de volverse a encontrar luego de mucho, el deseo de contarse cosas como en antaño, la felicidad que crecía del interior cada uno. Todo les daba un vuelvo en sus emociones, sonreían algo cómplices, pensando en la impresión que se llevaría el hermano del castaño, al ver a su viejo amigo de regreso con ellos. Entre tanto tiempo de diversión mutua la noche cayó sobre ellos, dando paso al frío otoñal que poco a poco tomaba más fuerza del necesario, debido al cambio estacional que se aproximaba. Llegaron casi sin aire de la risa que trataba de contener por las anécdotas que se contaban, donde al darse cuenta en donde estaban tuvieron que tragarse su humor y hacer como si hubiera ocurrido la tragedia más grande de la vida. Akira le dejó el paso a Kai, mientras este observaba por el rabillo del ojo si su hermano estaba cerca, y sí, se encontraba en la mesa de la pequeña y cómoda sala que ahora poseían, leyendo el periódico del día. Entraba sigiloso, queriendo provocar la sorpresa del mayor, quien se dio vuelta justo cuando iba a tirarse sobre él.

- No sirve que lo hagas. Ya sé a qué vienes, y con quién. - Rió un poco viendo la expresión del menor de todos y el desconcierto de su amigo, - cuanto tiempo Akira, veo que no haz cambiado nada con el tiempo - sonrió sincero, acercándose y dándole un pequeño pero afectuoso abrazo.

- ¿Cómo sabías...?

- Un pajarillo me lo contó - se separó de él y les miró algo serio, con rostro sereno, - y me alegro de que hayas llegado, aunque también me apeno un poco.

- Hermano, ¿pasa algo? - Preguntó con un poco de duda y preocupación. Sólo atinó a negar con la cabeza y sonreírle para transmitirle seguridad, - no es nada de lo que debas preocuparte, sólo que... me ausentaré por tres semanas, regresaré hasta entrado el invierno, más o menos el 19 de Diciembre. - Dio un pequeño suspiro y se giró algo alterado al ver la expresión de enfado de su hermano.

- Vienes... a decirme eso ahora, justo cuando vengo con Akira, justo cuando venía a darte una noticia... - Le miró con cierto punto de enojo y frustración, y es que tenía que darle una noticia importante, la que tendría que esperar hasta su regreso.

- Yo no sabía, me dijeron hoy a última hora y espera-

- ¡¿Esperabas que recibiera con alegría la noticia?! - Estaba realmente enfadado, tenía planeado muchas cosas junto a él mientras esperaban su cumpleaños y Nochebuena, que ahora todas sus ideas se iban hasta el fondo más oscuro de todo. - ¡Y ni siquiera piensas pasar tu cumpleaños con nosotros, conmigo!

- Kai, por favor, escúcha...

- Kai, ni nada, vete a donde tengas que ir, sabes el compromiso que teníamos, ¡y lo desechaste por ese estúpido viaje! No me interesan tus explicaciones. - Subió las escaleras del reconfortante hogar que ahora estaba rodeado de un espeso aire, dejando a las dos personas afectadas por su inusual comportamiento.

- Qué diablos... ¿Qué sucedió recién, Tora? - dejó sus cosas en una silla a un lado de la puerta principal, tenía curiosidad, mucha curiosidad. Este sólo se dedicó a mirar el suelo con una mirada de pesar.

- Por el momento sólo puedo decirte que... - Tomó aire y le miró tan serio, que sería capaz de congelar cualquier cosa, - si me llega a ver luego de esto, tendrás que marcharte de aquí, para siempre. No quiero que salgas herido ni mucho menos asesinado por esto, sólo te pido paciencia, que confíes en mí y que vayas hasta donde está para conversar con él.

- ¿Yo? ¿No serás tú? Explícame qué pasa, no comprendo nada. - Sostuvo su cabeza entre sus manos con una mueca de dolor. Hace unos minutos atrás podían haberse estado riendo de lo que se les pasase enfrente, y ahora tenía que ¿casi escapar de su amigo?

- Hazme caso. - Y se fue hasta su habitación, dejando la pequeña sala en penumbras, junto al castaño claro con dudas, que serían aclaradas con el pasar del tiempo.

"Qué sucede, no entiendo. ¿Asesinarme? ¿Irme para siempre? Kai, Tora, díganme qué pasa."


No podía comprender en el lío en el que estaba metido, quizás si no hubiera llegado dos semanas del cumpleaños de su amigo pelinegro nada de esto hubiese pasado, quizás si no hubiera estado con ambos nadie sufriría. Todo fue su culpa.


- Está justo dónde lo queríamos, ¿no, Uke? - Entretenida viendo aquél espectáculo, acariciando el cabello del joven sobre su regazo. Claro que sí, todo era su culpa.
Primero, me dio paja colocar las cursivas -w-
¡Es un AkiraxKai y un AkiraxUke! (?) Ya verán porqué los coloqué por separado, jujuju (???) ewe
Léanlo en Amor-Yaoi y dejen review 77 [link]

Asdf momento de inspiración~ c:
-Huye maricamente-
© 2011 - 2024 Sweet-Mitsu
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keepthatsmile's avatar
No sé por que me metí acá, yo ni leo anime o manga, o lo que sea. asdfghj En fin, hola(?) ama mi icon<3.